viernes, 22 de mayo de 2009

Causas
Después de derrotar a Austria en la Guerra de las Siete Semanas (1866), Prusia buscaba la unificación general de Alemania en torno a sí. Francia, por su parte, tenía intenciones de anexarse a Luxemburgo y otros territorios, pero no contaba con el apoyo de ninguna nación para enfrentarse a Prusia.
Cuando el general español
Juan Prim visitó al príncipe Carlos Antonio de Hohenzollern-Sigmaringen para explorar la posibilidad de que su hijo Leopoldo aceptase el trono de España, el canciller prusiano Otto von Bismarck intervino para forzar una aceptación. La cuestión principal para primero lograr una garantía de Prusia sobre la soberanía española en Cuba, algo que Otto von Bismarck no estaba dispuesto a conceder.
En julio de
1870 fue recibida en París la noticia de la aceptación. La opinión pública exigió una respuesta del Estado francés. Sin embargo, poco después, Carlos Antonio de Hohenzollern-Sigmarigen renunció públicamente a la candidatura de su hijo al trono español. El Estado francés, por su parte, envió un embajador a Ems para lograr una renuncia pública por escrito de Leopoldo a esta candidatura, a lo cual se negó Guillermo I.
El Káiser envió entonces un telegrama a Bismarck narrándole lo acontecido. Ante esta situación, Bismarck optó por modificar el telegrama, de manera que pareciese que el embajador francés había sido despedido por Guillermo I, y lo envió a la prensa para que se hiciese público, soliviantando si cabía más los ánimos franceses.
Otto von Bismarck había conseguido la excusa perfecta para reunir a los estados alemanes del sur en su enfrentamiento con Francia

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